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El «acoso» a Iglesias y Montero fue en realidad una pintada en otro pueblo a media hora andando de su casa

El «acoso» a Iglesias y Montero fue en realidad una pintada en otro pueblo a media hora andando de su casa
Localización exacta de la pintada contra Iglesias en Asturias, a media hora de su casa de vacaciones.

«Coletas rata». Esa ya celebre pintada es, a día de hoy, la única prueba del acoso de la «extrema derecha» que obligó al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, y a su pareja y ministra de Igualdad, Irene Montero, a abandonar precipitadamente sus vacaciones en Asturias.

Pese a que la primera versión apuntaba a que la pintada se encontraba a la entrada del pueblo de Felgueras, en realidad no se corresponde ni con el mismo pueblo. Fue realizada a más de dos kilómetros, a la entrada de la pedanía vecina, a más de media hora a pie de distancia.

Ni siquiera estaba en el mismo pueblo. La pintada que presuntamente alertó a Iglesias y  Montero obligándoles a hacer las maletas y huir de Felgueras (Asturias) a toda prisa, escoltados por 15 agentes de la Policía Nacional, se encontraba a más de media hora a pie de la casa en la que la pareja pasó el fin de semana. Una vivienda propiedad de la familia política del secretario general del Partido Comunista, el también diputado de Podemos Enrique Santiago.

La versión ‘oficial’ de Podemos sobre este episodio incide en la presencia de esa pintada ‘amenazante’ en las vías que dan inmediato acceso al pueblo de Felgueras. Es decir, que sus autores, según esta versión, habrían llegado a estar a apenas unos centenares de metros de distancia del lugar donde descansaban los Iglesias-Montero.

En el pueblo vecino

Sin embargo, según ha podido confirmar OKDIARIO, el punto exacto donde se realizó la pintada y se tomó la foto del ‘Coletas rata’ que se ha viralizado en los últimos días se encuentra mucho más distante. De hecho, ni siquiera está en el mismo pueblo.

El tramo de la carretera donde se encuentra esta pintada, ya borrada por las lluvias registradas en los últimos días, se encuentra en la vía comarcal L-4, a medio camino entre los pueblos de Vega del Rey y Palacio (ambos en el concejo de Pola de Lena). Felgueras, el pueblo vacacional de los Iglesias-Montero, es la siguiente pedanía en la ruta de la carretera.

iglesias
Imagen del punto exacto donde se realizó la pintada.

La distancia entre esa curva y el lugar exacto donde se encuentra la casa de vacaciones donde disfrutaba el vicepresidente de su escapada asturiana es de algo más de 2 kilómetros. Una distancia que se cubre a pie en poco más de media hora.

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Localización exacta de la pintada contra Iglesias en Asturias, a media hora de su casa.

Cambio de versiones

La pintada es la única expresión de ese presunto acoso de la que hay pruebas tangibles. La Guardia Civil de Pola de Lena dio parte de su presencia, pero no advirtió ningún tipo de amenaza en la zona.

Según la versión que difunden las bases de Podemos y alienta el propio partido, fueron integrantes de la «extrema derecha» quienes revelaron la ubicación de la vivienda vacacional. Señalan, concretamente, a una usuaria de Twitter que colgó el pasado sábado, a las 5 de la tarde, el código postal y el nombre completo del pueblo de Felgueras. A esas horas, la pintada del ‘Coletas rata’ ya estaba hecha.

Sin embargo, esa misma mañana toda la información relativa a la presencia de los Iglesias-Montero en el concejo de Pola de Lena ya había aparecido en la prensa local asturiana.

De hecho, el portal de ‘noticias’ fundado por Podemos, ‘La Última Hora’, arremetió esa misma mañana contra el diario El Comercio por haber revelado esos datos. Acusaban al Grupo Vocento, propietario de la cabecera, de estar detrás de la maniobra –pese a que en ese momento no se había producido ningún incidente–.

Iglesias señala al «fascismo»

Horas más tarde, cuando las redes comenzaron a señalar a la usuaria de Twitter que colgó el nombre del pueblo –mucho después de que lo publicase la prensa local–, la web que dirige la ex asesora de Iglesias Dina Bousselham pasó a señalar a esta «activista de extrema derecha, responsable de la difusión de la ubicación vacacional de Pablo Iglesias e Irene Montero». El relato pasaba de apuntar a un grupo editorial a la «extrema derecha» y a «Vox», un objetivo más rentabilizable políticamente.

Sería unos días más tarde, ya de vuelta en Madrid, cuando Iglesias rompería su silencio para hacer un hilo en Twitter explicando lo ocurrido. En ese momento, el relato de Podemos ya estaba claramente orientado hacia la «extrema derecha» como causante del acoso.

Sin embargo, con el paso de los días, esa versión del supuesto incidente comienza a caerse por su propio peso. La escolta policial de 15 agentes que acompaña a Iglesias y Montero, a su vuelta a Madrid, no comunicó ningún hecho o delito de acoso o amenazas contra sus protegidos.

La Fiscalía tampoco registró ningún tipo de nota informativa al respecto. Y la Guardia Civil del lugar no encontró indicio alguno de peligro en la zona, tradicionalmente un bastión de Izquierda Unida y antaño el Partido Comunista.

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